El regaliz detiene la reproducción del coronavirus
Durante esta pandemia de COVID-19, el distanciamiento social y la higiene parecen tener efecto en "aplanar la curva" y retrasar la propagación del virus. El uso de luz ultravioleta (UV) parece ser útil para desinfectar instalaciones médicas, equipos e incluso máscaras protectoras. Además, el lavado correcto de manos y utilizar mascarillas protectoras parece ser útil.
Pero el contagio de COVID-19 seguirá hasta que la pandemia termine y los tratamientos eficaces sean escasos y necesarios. Es por eso que algunos estudios científicos analizan un producto natural que durante mucho tiempo se sabe que tiene efectos antivirales: la glicirricina, el componente activo principal de la raíz de regaliz.
La glicirricina fue apreciada en la antigua Arabia y Grecia para tratar la tos y en China para aliviar la irritación de las membranas mucosas.
En los tiempos modernos, se ha demostrado que la glicirricina es un gran antiviral para combatir el herpes, VIH, hepatitis, influenza, encefalitis, neumonía, así como virus menos conocidos como el virus sincitial respiratorio, arbovirus, virus vaccinia y el virus de la estomatitis vesicular.
Aun así, la efectividad de la glicirricina contra el SARS (síndrome respiratorio agudo severo) es lo que hace que los científicos tengan la esperanza de que esta importante sustancia natural pueda ser una herramienta contra el COVID-19.
La glicirricina tiene propiedades medicinales
Podemos pensar en el regaliz como un extracto, un endulzante e incluso un caramelo de la marca ‘Good and Plenty’ que disfruté cuando era niño, pero en realidad es complejo bioquímico y ofrece importantes beneficios médicos. De acuerdo con Pub Chem, una central de datos de moléculas químicas que mantiene el Centro Nacional para la Información Biotecnológica (NCBI, por sus siglas en inglés):
"El ácido glicirrícico se extrae de la raíz de la planta de regaliz; Glycyrrhiza glabra. Es un glucósido triterpeno con ácido glicirretínico que posee una gran variedad de actividades farmacológicas y biológicas, potenciales actividades inmunomoduladoras, antiinflamatorias, antineoplásicas hepato y neuroprotectoras.
La glicirricina modula ciertas enzimas involucradas en la inflamación y el estrés oxidativo, liberaliza algunos mediadores proinflamatorios, y protege contra la inflamación y el daño inducido por especies reactivas de oxígeno (ROS). La glicerrizina también puede suprimir el crecimiento de células tumorales susceptibles".
Según el sitio web Botanical Medicine, las acciones antiinflamatorias de la glicirricina (GL) se deben a la supresión de las citocinas:
"Como testimonio de sus propiedades antiinflamatorias, la glicirricina alivió el asma alérgica en un modelo experimental de ratones, elevó los niveles de IL-4 e IL-5, redujó los recuentos de eosinófilos y los niveles de IgE, y aumentó la IgG2a total en suero.
Estos resultados indicaron que la glicirricina interfirió con la producción de IgE al disminuir las citocinas estimuladoras de IgE. También disminuyó la inflamación pulmonar y la producción de mucosidad en ratones".
La glicirricina actúa contra el SARS, un virus similar al COVID-19
COVID-19 es muy similar al SARS, el alarmante coronavirus que surgió en 2003, se ha denominado SARS-CoV-2. Su genoma comparte el 79.5 % de la información del genoma del SARS y ambos ingresan a las células epiteliales alveolares humanas mediante la unión con los receptores ACE2.
Los primeros pacientes con SARS recibieron el compuesto viral ribavirina, pero tuvo pocos resultados positivos.
Los corticosteroides también se probaron en pacientes con SARS y pacientes con MERS (Síndrome Respiratorio de Oriente Medio) que ocurrió diez años después, pero "no hubo evidencia que demostrara que la mortalidad de pacientes con SARS y MERS se redujera", informó el International Journal of Biological Sciences.
Poco después del brote de SARS, la revista médica Lancet publicó una investigación que decía:
"El brote de SARS garantiza la búsqueda de compuestos antivirales para tratar la enfermedad. En la actualidad, no se ha identificado ningún tratamiento específico para tratar la infección por coronavirus relacionada al SARS.
Evaluamos el potencial antiviral de ribavirina, 6-azauridina, pirazofurina, ácido micofenólico y glicirricina contra dos cepas aisladas de muestras clínicas de coronavirus de pacientes con SARS ...
De todos los compuestos, la glicirricina fue la mejor en evitar la reproducción del virus relacionado al SARS. Nuestros hallazgos sugieren que se debe evaluar la glicirricina para el tratamiento del SARS.
La glicirricina tuvo varios resultados positivos, escriben los investigadores:
"La glicirricina, además de detener la reproducción del virus, también detiene la absorción y penetración del mismo, que son los primeros pasos del ciclo reproductivo ... La glicirricina fue más efectiva cuando se administró durante y después del período de absorción ...
La glicirricina y su metabolito de aglicona 18β ácido glicirretínico aumentan la expresión de óxido nítrico sintasa inducible y la producción de óxido nitrico en macrófagos.
El óxido nitrico inhibe la replicación de varios virus, por ejemplo, el virus de la encefalitis japonesa, que también se puede detener con la glicirricina.
Nuestros resultados preliminares muestran que la glicirricina provoca óxido nitrico sintasa en las células Vero [células utilizadas en cultivos] y que la reproducción del virus se detiene cuando el donador de óxido nitrico se agrega al medio de cultivo".
La glicirricina puede actuar diferentes a otras sustancias
Según el Journal of General Virology, el método de la glicirricina para detener la reproducción de los virus del SARS puede diferir de otros tratamientos probados.
"A diferencia de IFN-α y ribavirina, existen pocos datos sobre el mecanismo antiviral de la glicirricina. Nuestros datos indican que, en cuanto a la ribavirina, la glicirricina solo afecta muy pocas funciones de la replicasa del coronavirus.
Sin embargo, a diferencia de la ribavirina, se ha demostrado que la glicirricina detiene la reproducción virus del SARS-CoV en el cultivo de tejidos. Esto indica que la glicirricina no ataca a la maquinaria de reproducción del coronavirus y que puede realizar efectos antivirales, por ejemplo, durante la absorción o liberación del virus.
Detener la reproducción es algo desafiante debido a las peculiaridades del virus del SARS según la revista Virology.
"Estos análisis revelaron que el SARS-CoV-2 da nueva forma a las vías celulares centrales, como la traslación, empalme, metabolismo del carbono y de los ácidos nucleicos. Los inhibidores de moléculas pequeñas que se dirigen a estas vías se probaron en ensayos de infección celular y evitaron la reproducción viral".
Regular ascendentemente la glicirricina del óxido nítrico y del óxido nítrico sintasa en los macrófagos que se observó en el Lancet, puede explicar su capacidad para detener la replicación del SARS y, con suerte, otros coronavirus como COVID-19.
La glicirricina puede ser efectiva contra el COVID-19
El fracaso de los tratamientos farmacéuticos occidentales para el SARS ha destacado la Medicina Tradicional China (MTC), de la cual la glicirricina es un alimento básico. Según el International Journal of Biological Sciences:
"Se han llevado a cabo reportes, casos, estudios observacionales controlados y ensayos clínicos aleatorios, y han reportado estudios clínicos con el objetivo de examinar el efecto de la MTC en el SRAS. Existen evidencias convincentes que respaldan que la MTC tiene un efecto beneficioso en el tratamiento o prevención del SARS ...
Por ejemplo, la tasa de mortalidad en Hong Kong y Singapur fue aproximadamente del 18 %, mientras que la tasa de Beijing fue de más del 52 %.
Se creía que la fatalidad reducida de finales de mayo en Beijing estaba relacionada con el uso de MTC como suplemento a la terapia convencional".
Cuando COVID-19 apareció por primera vez en China, el Globe and Mail informó que muchas personas reemplazaban equipos y medicamentos occidentales, como inmunosupresores y medicamentos contra la esquizofrenia, por tratamientos tradicionales.
"Es logico que las autoridades de Wuhan aconsejen el uso de la medicina tradicional china, siempre y cuando esté junto con los medicamentos occidentales, dijo Jindrich Cinatl, un virólogo que fue coautor el estudio de 2003 [Lancet].
‘En la medicina occidental, tenemos medicamentos que atacan solo a un objetivo", dijo en una entrevista. "Con la medicina tradicional, puede evitar la absorción del virus en las células, la reproducción, etc.’".
Jakkapong Watcharachaijunta, un investigador médico, dijo para el sitio web Thailand Medical News que cree que la glicirricina es un tratamiento prometedor contra el COVID-19:
“Aunque el nuevo virus 2019-nCov es una cepa diferente, es muy parecido al coronavirus del SARS que es genéticamente sabio y tal vez este debería ser un punto de inicio interesante”.
Durante una pandemia, el desarrollo de nuevos medicamentos o vacunas no es la respuesta
Con COVID-19 ahora presente en todos los continentes, está claro que los tratamientos son necesarios de inmediato y, que, además, no hay tiempo para ensayos prolongados.
Además, en un comentario escrito por Derek Lowe, quien tiene un Ph. D. en química orgánica y ha trabajado para varias compañías farmacéuticas, expresa que no confía en los pocos medicamentos existentes que se prueban en el desarrollo de medicamentos completamente nuevos:
"Un programa de descubrimiento de medicamentos contra un nuevo patógeno no es un ejercicio trivial, como muchos lectores saben... Muchos de esos esfuerzos en el pasado fracasaron porque la epidemia ya había pasado, cuando ya tenían algo que ofrecer. De hecho, el remdesivir de Gilead ya se había descartado como una posible terapia contra el ébola.
Necesitará tener un objetivo en mente por adelantado o volverse fenotípico. Para los primeros, lo que vería son mejores caracterizaciones de la proteasa viral y pantallas más extensas contra ella.
Otros dos objetivos importantes son la entrada viral (que involucra las proteínas "SPIKE" en la superficie del virus y la proteína ACE2 en las células humanas) y la reproducción viral".
Existen muchos desafíos para desarrollar un nuevo medicamento viral y el proceso es muy complejo y lento, dice el blog.
"Las pruebas fenotípicas también son muy razonables contra los patógenos virales, pero necesitará dedicar tiempo y esfuerzo a ese ensayo por adelantado, al igual que con cualquier esfuerzo fenotípico, porque como cualquiera que haga ese tipo de trabajo dirá, una mala pantalla fenotípica es una completa pérdida de tiempo para todos".
El sitio web Nextstrain.org, que sigue los genomas virales en el planeta, ha determinado recientemente que el SARS-CoV-2 está mutando 1000 veces más rápido que los virus de la influenza y 36 000 veces más rápido que el virus de la influenza. Esto sugiere que los esfuerzos para desarrollar vacunas fallarán 1000 veces peor que la miserable vacuna del flu.
Los beneficios de la glicirricina ya están disponibles
Las epidemias de SARS, MERS y COVID-19 muestran que una enfermedad infecciosa que emerge en cualquier país o continente tiene el potencial de propagarse muy rápido y causar una pandemia. Según la revista Antiviral Research, el brote de SARS produjo una mayor cooperación mundial e informes cuando esto ocurrió:
"Un legado del brote fue la formulación del Reglamento Sanitario Internacional (RSI) en 2005 y su aceptación por la Asamblea Mundial de la Salud en 2007. El RSI requiere que los países reporten brotes inusuales e inexplicables de enfermedades infecciosas y que se desarrolle la capacidad de la salud pública con el fin de detectar y responder a tales enfermedades.
El SARS y otras amenazas zoonóticas contemporáneas, como la gripe aviar H5N1, han resaltado la necesidad de colaboración entre los responsables de la salud humana y animal y el medioambiente.
Esto condujo a la formalización del concepto de "One Health", que fomenta los efectos de colaboración de múltiples disciplinas para lograr una salud óptima para las personas, animales y el medioambiente".
Las organizaciones internacionales relevantes ahora tienen acuerdos de trabajo formales y un marco dentro del cual pueden coordinar actividades para evaluar los riesgos en la interfaz animal/humano/ecosistema, dice la revista. También existe una mejor comprensión sobre la transmisión entre especies y los patógenos zoonóticos que son los responsables de tantas pandemias.
A medida que avanzamos en esta pandemia, un producto natural como la glicirricina, con beneficios médicos conocidos y con pocos riesgos relacionados con medicamentos fuertes, es una buena noticia.